Ayer 9 de enero, pudimos ver en medios de comunicación y redes sociales hechos gravísimos, tanto para la población como para la institucionalidad de la nación ecuatoriana.
Hechos que involucran al crimen organizado, las mafias, al narcotráfico y a un Estado que responde en primer lugar decretando el estado de excepción, adicionándole luego como causal para dicha decisión, el conflicto armado interno; disponiendo de esa manera en el territorio nacional la movilización e intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
La ALA ve con muchísima preocupación estos procesos que se repiten en nuestros países, en los que sus Estados se retiran -dejando de ser garantes de derechos- en complicidad con el avance de los poderes fácticos; a los que se responde con represión y cercenamiento de derechos. Estos procesos terminan siempre con más violencia y más dolor para la población.
Nuestra solidaridad con el pueblo ecuatoriano y un llamado a América Latina y el Caribe a estar alertas ante estos procesos que se repiten -con diferentes nombres o diferentes modalidades, pero con los mismos fines desestabilizadores- en nuestra región.